la boca,
la mano y
los tentáculos

la boca,
la mano y
los tentáculos



un texto sobre la obra de Luisa Ungar, A Regurgitation is a Song is a Spell (Consultations to recreate the colonial disease) (2021) en la Bienal de Liverpool de 2021. 


Uno tiene que reservar su llamada en un sistema de citas por internet. ¿Y si será verdad que son videntes? ¿Qué verán las videntes? ¿Cómo verán lo que ven las videntes? Uno escoge la fecha y la hora y en esa fecha y a esa hora le va a sonar el teléfono. Yo reservé varias llamadas. Pero me acuerdo de dos. Solo dos.

En la primera llamada me sonó el celular un sábado por la tarde.  Una voz de mujer mayor me contestó en inglés. Hi, me dice. Hi, le digo. Creo que ella asume que estoy en Liverpool y no en Bogotá. Lo primero que me pregunta es si tengo amigas. No, le contesto. Entonces no debes saber muchos chismes. No, no sé mucho de chismes últimamente. Pues es una lastima, me dice, porque es como quedarse por fuera de algo. Te voy a contar un chisme para que no estés left out, me dice. Me cuenta algo de su amigo que salió del closet. Me pregunta si yo lavo mi ropa. Si claro, le digo. Y pienso que tal vez por ahí va lo del colonial desease del título porque ajá, todas las lavadoras son hechas en China.  Pero la lavas tú o la lava alguien más por ti, me pregunta. La lavo yo. Pienso que me va a preguntar la marca de mi lavadora y que si alguien me ayuda con el aseo de mi casa. Pero no es eso lo que quiere saber. Seguimos hablando del chisme. Y me empieza a decir, how in the encounter of echar chisme, mientras se lava la ropa, las mujeres podían realmente hablar. Podían antes, cuando la ropa se lavaba en espacios comunes. Es un espacio seguro, you know. Porque yo siento que tu no puedes hablar, me dice la vidente. There is algo en la garganta, como una force, que no te deja hablar. A algunas mujeres aquí, es decir allá en Liverpool, les ponían una máscara para callarlas, para que no echaran chisme. A mask como un bosal. A otras les lavaban la boca con jabón. A mi me amenazaban con lavarme la boca con jabón por decir groserías, me acuerdo.

Me dice que le llega una imagen; I see pedazos de dientes cayendo en unas manos. Yo tengo bruxismo. El patriarcado tiene nuestra boca en sus manos, me dice. Es como una mancha que no te puedes quitar, que todo lo permea, me dice. La sensación de no poder hablar, es muy fuerte. Pero es más fuerte en tí. Nadie sabe lo que puede un cuerpo. Me pregunta que dónde estoy, le digo que en Bogotá, Colombia. Me pregunta si vivo alli. Si, vivo aquí. Oh, things must be difficult right now. Si, siempre. Nos despedimos. No me acuerdo que más me dijo. 

Me pongo a buscar imágenes del bozal para mujeres y encuentro algunas. En las ilustraciones de un gossip’s bridle o scold's bridle, o witch's bridle una lámina de hierro atraviesa la cara de una mujer. Se abre hacia la altura de la nariz y en la boca separa el labio inferior del superior con una banda de metal que sigue hasta la parte de atrás de la cabeza. Es una especie de bozal, pero está hecho de hierro. Al ver las ilustraciones, el bozal tiene también una especie de tuerca que se introduce en la boca para trancar la lengua. Es parecido al freno de los caballos. Leo que el efecto de tener la lengua comprimida produce salivación extrema. Que era una herramienta usada para torturar y humillar públicamente a las mujeres. Los cargos para recibir este castigo eran hablar de más, echar chismes, sospecha de brujería. Este tipo de prácticas se empezó a implementar en Escocia y el norte de Inglaterra en la edad media. Ahora busco más cosas. ¿Qué es un gossip? La palabra gossip, en inglés, tiene su origen en el rito católico del bautismo. En castellano, la palabra chisme viene viene del griego σχίζειν (skhizein = rajar, como en esquizofrenia). La historia del chisme nos muestra cómo con el paso del tiempo la palabra gossip empezó a ser usada en el contexto anglosajón como una palabra para designar una relación íntima con alguien, con quien compartir secretos. En la demonización de la palabra, se van a dar importantes roles de género. Para Silvia Federicci, las amistades femeninas eran uno de los objetivos de la caza de brujas. Fue en este contexto que el "chisme" pasó de ser una palabra de amistad y afecto, a una palabra de denigración y burla. Se hicieron leyes contra las mujeres que chismeaban, regañaban o hacían reuniones de amistad en casas o en público. Investigué. Me cansé. Me fui a la cama.

Como a media noche me desperté. Salí corriendo al baño y me retumbaron las palabras de la vidente: yo siento que tú no puedes hablar. Una arcada. Otra arcada. Me vomité en el piso. Me salió un bolo negro como de billar pero en slime peludo. Tiene las puntas del pelo blanco, está viejo y cansado pero me aúlla en cubano como un personaje de Cabrera Infante: "e que  uté  no  sabe  vivil  el  momento y la  vida se le  base dificilísima  o séase que ya  etá  muy  antañona pa comprendel-me,  y  me  replica  con  su  dalequedale" y no para de decir cosas que no entiendo. Solo me regaña hasta que se le caen los dientes. Esa cosa negra me salió del estómago. La tiré al inodoro. Se fue gritando en cubano y escupiendo los dientes. Era lo que no me dejaba hablar. Sé que era la cosa que no me dejaba hablar. Era la cosa que me decía la vidente. Era el algo en la garganta, era la force que no me dejaba hablar. Era el patriarcado con mi boca en sus manos. Con mi boca en su boca.

En la segunda llamada me sonó el celular un sábado. Estaba mirando el horizonte, es decir, estaba mirando el mar. De pronto el horizonte real solo se ve cuando se ve el mar. La mujer que me habla por el teléfono me dice que ve una picada, un bite. Yo veo una picada, un bite en mi tobillo derecho. Veo something evil, me dice. Pero yo solo veo la línea del horizonte de un mar tranquilo. Like comes from adentro, from the estómago. Ella habla en inglés británico, pero yo transcribo ésta conversación en spanglish. Me habla de los tentáculos mientras me dice; veo las manos de una mujer. Yo estoy viendo en ese instante las manos de una mujer. Una mujer negra que le masajea las carnes de la pantorrilla a una mujer blanca. Yo estoy en una playa. Me dice que esas manos se convierten en las manos de un marinero. Pero no se si ella ve las manos que yo estoy viendo. No es solo que sea un hombre, me dice, es un ser que carga la carga de un barco y tiene la conciencia de una mujer. Ella hace el trabajo de curar cuerpos, me dice, pero es un oficio peligroso. Lo que ella hace, me dice, lo hace por servicio a la comunidad.  Lo hace al servicio de otras mujeres y de sus vecinos. He doesn't touch anything that he owns, me dice. Si ella está enferma no puede servir a los demás, me dice. Pero si ella se pierde, significa que no se puede servir a sí misma, do you understand? Me dice que hay una fuerza inmensa sobre ella, que genera money, que contribuye a un sistema, a una máquina gigante. Mientras me habla sobre la máquina gigante yo sigo mirando las manos de una mujer negra que masajea con fuerza las carnes blancas del muslo trasero de una mujer blanca. Como tentáculos. La vidente me dice; todo está al servicio de la máquina que debe seguir. Pero lo que ella está haciendo con las manos es crear un lugar donde la gran máquina no se necesita. ¿Estará viendo la vidente a través de mis ojos por el celular? ¿Serán las nalgas de esa mujer el lugar donde la máquina no se necesita? No es algo que se necesita, no es algo útil, me dice la vidente. Cuando ella se enferma, el huge boss desesperado la separa de su propio poder. Es la picada del insecto, el bite, me dice. Es la esclavitud, me dice. How we can take it, me dice. How it pushes us, me dice. Estoy pensando que estas personas están por debajo de este gran peso, multiplicando esta nueva vida, me dice. Estoy pensando en ella, en este momento estoy consciente de la sensación del sonido, del viento, me dice. Yo sigo mirando como hipnotizada las manos de una mujer negra que como un arácnido gigante masajean el culo de una mujer blanca. Hay muchas cosas que sentimos que ni siquiera nos damos cuenta, me dice. Siento que right now, somos un solo individuo, me dice, cuando en realidad somos billones de tiny cells and ecosystems, colonies of bacteria en nuestros estómagos. Somos los skin cells being born and dying every second, me dice.  La idea de que somos una sola cosa que empuja esta gran máquina es otra cosa que podemos creer que es real pero no lo es. Cuando en realidad, thinking about soil, mutantes y nuestros cuerpos, es nuestra realidad, me dice. Y cuando la conciencia colectiva muera, me dice, la tierra nos convertirá en algo que puede experimentar, algo más grande que sí misma. Siempre somos ese ecosistema de solidaridad, me dice. Y yo sigo mirando las manos de la mujer negra que como un pulpo masajea con sus tentáculos la espalda de la mujer blanca. Siempre somos un colectivo en vez de una entidad singular, me dice. Espero que haya más fuerza en nuestras vidas, me dice.

De repente me habla de una imagen; hay una octopus, me dice. Ya no muevo el pie sobre la arena. Ya no miro el bite del tobillo. Ya es demasiado sospechoso. Ella está viendo lo que yo estoy viendo. Lo está viendo por el teléfono. Lo está viendo con mis ojos. El octopus parece un alien, me dice. Y como alienamos todo, creemos que podemos acabar con todo. Todos estamos interwined and connected, me dice y me cuelga. No se despide. Me quedo mirando las manos de la mujer negra que  ahora masajean el cuello de la mujer blanca.

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